miércoles, 16 de mayo de 2012

VEINTE AÑOS




VEINTE  AÑOS

Todo discurría en el salón de la casa.
Él, tumbado en el sofá, ordenador sobre el regazo, preparaba las clases de la semana; tenía las gafas al borde de la nariz, desafiando las leyes de la gravedad, solo las necesitaba para ver de cerca.
Miraba sin pestañear la pantalla, el único movimiento perceptible era el de sus pupilas recorriendo los renglones.

Ella, sentada en el sillón, relajada, la mirada sobre la carátula de un disco, que tenía abierta entre las manos, leyendo en inglés la letra de la canción que sonaba en el viejo tocadiscos. Comprendía sólo palabras aisladas, pero la había escuchado tantas veces, que se la sabía de memoria.

El aire estaba un poco cargado, el olor a chimenea apagada inundaba la estancia, y formaba parte de su esencia. No se entendía entrar sin notar ese olor característico.

Cada uno estaba ensimismado en su propio mundo, pero parecían felices de disfrutar juntos de ese momento .El silencio presidía la sala, sólo lo perturbaba el eco de las voces que provenían de los altavoces del tocadiscos.

Ninguno se dio cuenta de que la canción había terminado; hasta que un ruido monótono que se hacía más que molesto, los sacó de sus mundos.
Se miraron de manera cayada, intentando adivinar qué estaba pensando el otro.

-     -¿Te imaginas? –dijo él-
-     -¿Me imagino? –dijo ella-

Dentro de veinte años –añadió él- seguiremos así… bueno así quiero decir… yo preparando las clases, con más canas, con más arrugas quizá mis gafas sigan en la punta de la nariz. Y tú ahí sentada…leyendo la letra de la canción que suena en el tocadiscos, con más canas, con más arrugas….

Y haciendo un gesto señalando la sala… esto seguirá igual, más hermoso, con el brillo que da el tiempo.
Se quedó unos instantes pensativo, con la mirada ¿quién sabe dónde? Y con ojos brillantes añadió:
¿Y nuestras hijas? –dejando la frase sin terminar-
Nuestras hijas serán ya dos mujeres independientes.¿Tendremos nietos? ¿cómo serán?
Ella sonreía y como hablando al viento decía… ¿quién lo sabe?...tendrán que pasar veinte años para saberlo...


Texto y foto: Pepa cid

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