lunes, 28 de mayo de 2012

A TÍ , SOLEDAD TE ESCRIBO





A TI SOLEDAD TE ESCRIBO



Ay soledad
Buena y mala compañera
Mala y buena amistad.

¿Quién en algún momento de su vida
No ha estado solo?
¿Quién no ha deseado estarlo?
¿Quién entre una multitud
No se ha sentido solo alguna vez?
¿Quién no se ha perdido y encontrado?

¿Quién no ha encontrado soledad…?
En la ausencia de un te quiero
En la de una mirada
En la de una sonrisa
En la de un beso
En la ausencia de una palabra.

Compañera de fatigas
Unas veces te llamo alocadamente
Otras… vienes sola.
Cuando más te necesito no estás,
Y acudes cuando deseo tener compañía

sombra y luz
Luz y sombra
Que planeas cerca para quedarte.

Pero en el silencio de la noche
Tras el ritual de la luna llena
Dejo que te sientes a mi mesa
Y tomes las últimas flores
Para que te acompañen en tu cansado camino.

Esta noche no serás mi dueña
Luce la luna hermosa y serena
Te ocultas en lo oscuro
De mi tristeza
Y le das alas…y vuela
Pero no hacia dónde tú quieres

La has liberado
Libre campea
Hasta morir en la alegría que me produce
Que me haya abandonado.
Adiós…tristeza
Adiós…soledad
Esta vez te he vencido…
Otra vez…será.


Texto y foto de Pepa Cid

lunes, 21 de mayo de 2012

ALMA CORAZÓN Y VIDA



ALMA CORAZÓN Y VIDA

Alma noble de corazón generoso
Que late con fuerza y alenta
A todos los que están
A tu alrededor.

Atenta vigilas el camino
Que esté encendida la antorcha
Para no perder el sendero
Que nos lleva hasta tu luz.

 Generosa con tu tiempo
Lo compartes, nos impulsas
Das lo mejor de ti
Haciendo que saquemos
Lo mejor de nosotros.

Es tu cara siempre una sonrisa
Que incansable asoma a la pantalla
Sonrisa abierta, sin ambajes
Y palabras amables nunca te faltan.

Pero ahora querida amiga
Siento en tu pecho una herida
Y no es el odio, sino el amor
El que ha roto tu alma en pedazos

Y el viento que estaba atento
Los recogió con esmero
Y los llevó a ese lugar
Dónde se fraguan los sueños.

Intentando componerlos
Con la mágica melodía
Que interpreta mientras danza
Alrededor de tu vida.

Tu corazón suspira y ahoga
En lamentos su agonía
Pues todo lo dio…
Besos, abrazos, caricias
Suspiros, miradas, te quieros
Alegría y sonrisas…

Los días con sus noches
Las noches con sus días
Soles y días
Noches y lunas
Tu propia vida
Hasta la mejor canción
Que se fue diluyendo
En el silencio del tiempo.

Y ahora sé que estás de duelo
Que estás en invierno siendo primavera
Y te tiendo mi mano
Y mi hombro si es necesario.
¿Pero te digo un secreto?
…el tiempo todo lo cura
Y de eso…
Tú y yo sabemos algo.


Texto de Pepa Cid   para una amiga 

viernes, 18 de mayo de 2012

RECUERDOS






RECUERDOS


Quizás sea tiempo de hacer balance
Pasear  por los recuerdos
Que ni el tiempo ni el olvido
Han podido disipar.

Recordar lo bueno
Rememorando lo vivido
Olvidando lo malo
Y también lo que ha dolido
Recordar por recordar

Paseo por el parque pisando las hojas
De un otoño impreciso
Olor  suave que el tiempo envejece
Ese sonido me transporta
A una época no muy lejana
En la que las estaciones
Se sucedían con lentitud pasmosa.

Cuando era otoño y tardaba el invierno
Cuando invierno y la primavera no afloraba
Cuando primavera y el calor no llegaba
Cuando el verano apretaba y el otoño se rezagaba
Y cuando era otoño…y el invierno tardaba

Y sin embargo, ahora
El tiempo se me escapa,
Se cuela entre mis dedos
Dejándome huérfana de días
Restando tiempo a mi vida
Acercándome al final de una etapa.

Quizá sea tiempo de hacer balance
Pasear por los recuerdos
Que ni el tiempo, ni el olvido
Han podido disipar.


Foto y Texto Pepa Cid

jueves, 17 de mayo de 2012

TAN CALLADO

  



TAN CALLADO


Tumbada en la arena de la playa
Tengo por techo el cielo
Que con infinitas estrellas
Ilumina mi soledad.

El mar silencioso se acerca
 mojándome  los pies
Y regresa al oscuro océano
Llevándose parte de mi ser
Y tú…a mi lado, tan callado.

Esta noche no hay luna
Solo brillan las estrellas
Con su luz especial,
Lanzo una cuerda imaginaria
Para atrapar una y traerla aquí cerquita
Aunque ya no brilla tanto como en el cielo.
Y tú…a mi lado, tan callado.

Escucho el sonido que el viento
Produce en las caracolas
Que más que una canción
Parece un triste lamento.
No me asusta
Me asalta la melancolía
Y me anuda la garganta
Y tú…a mi lado, tan callado.

El sol se fue hace ya rato
Nos brindó un hermoso anochecer
Del azul pasó al naranja
Del naranja casi al rojo…
Y el rojo muriendo en el horizonte
Dio paso a la negra noche
Y tú…a mi lado, tan callado.

Y así tumbada en la arena
Contemplo el cielo estrellado
El agua mojando mis pies
Y el viento soplando un lamento
Que deja mi corazón helado
Pero aún así desea…
Que tú sigas ahí a mi lado
Aunque sea , tan callado

Texto Pepa Cid

miércoles, 16 de mayo de 2012

VEINTE AÑOS




VEINTE  AÑOS

Todo discurría en el salón de la casa.
Él, tumbado en el sofá, ordenador sobre el regazo, preparaba las clases de la semana; tenía las gafas al borde de la nariz, desafiando las leyes de la gravedad, solo las necesitaba para ver de cerca.
Miraba sin pestañear la pantalla, el único movimiento perceptible era el de sus pupilas recorriendo los renglones.

Ella, sentada en el sillón, relajada, la mirada sobre la carátula de un disco, que tenía abierta entre las manos, leyendo en inglés la letra de la canción que sonaba en el viejo tocadiscos. Comprendía sólo palabras aisladas, pero la había escuchado tantas veces, que se la sabía de memoria.

El aire estaba un poco cargado, el olor a chimenea apagada inundaba la estancia, y formaba parte de su esencia. No se entendía entrar sin notar ese olor característico.

Cada uno estaba ensimismado en su propio mundo, pero parecían felices de disfrutar juntos de ese momento .El silencio presidía la sala, sólo lo perturbaba el eco de las voces que provenían de los altavoces del tocadiscos.

Ninguno se dio cuenta de que la canción había terminado; hasta que un ruido monótono que se hacía más que molesto, los sacó de sus mundos.
Se miraron de manera cayada, intentando adivinar qué estaba pensando el otro.

-     -¿Te imaginas? –dijo él-
-     -¿Me imagino? –dijo ella-

Dentro de veinte años –añadió él- seguiremos así… bueno así quiero decir… yo preparando las clases, con más canas, con más arrugas quizá mis gafas sigan en la punta de la nariz. Y tú ahí sentada…leyendo la letra de la canción que suena en el tocadiscos, con más canas, con más arrugas….

Y haciendo un gesto señalando la sala… esto seguirá igual, más hermoso, con el brillo que da el tiempo.
Se quedó unos instantes pensativo, con la mirada ¿quién sabe dónde? Y con ojos brillantes añadió:
¿Y nuestras hijas? –dejando la frase sin terminar-
Nuestras hijas serán ya dos mujeres independientes.¿Tendremos nietos? ¿cómo serán?
Ella sonreía y como hablando al viento decía… ¿quién lo sabe?...tendrán que pasar veinte años para saberlo...


Texto y foto: Pepa cid

sábado, 12 de mayo de 2012

LARGA NOCHE




LARGA NOCHE

Vientre cansado y paciente
Que después de larga espera
Va creciendo lentamente
Sin saber que peligros acechan.

Empecinada por ser madre
Cuán difícil desempeño
Cuando pones voluntad
Y sobre todo mucho empeño.

Pero caprichoso es el azar
Que no sacia tus deseos
Nos enreda en su madeja
Y juega con propios y ajenos.

Extraño es el destino
En su naturaleza
Que a unos subyuga
Y a otros libera
Dando hijos a quién no los quiere
Y privando de ellos a quien los desea.

Vientre cansado y paciente
Que después de larga espera
Va creciendo lentamente
Sin saber que peligros acechan.

Me asomaba al abismo sin saberlo
Y cuando más tranquila estaba
Las aguas tornaron revueltas
Y de su cauce se apartaban.

Ni en mil vidas que viviera
Podría imaginar, lo que vino después
No sospeché que mi cansancio
Habría podido cavar mi tumba.

Pero en la penumbra de los sueños
No escuchaba mi propio lamento
Que se volvió dolor
Lo que empezó siendo un cuento.

Mi alma alejada de la realidad
Deseaba que fuera un mal sueño
Pero en lo más profundo de mi ser
Aunque no lo quisiera reconocer
Sabía que algo no iba bien.

Vientre cansado y paciente
Que después de larga espera
Va creciendo lentamente
Sin saber que peligros acechan.

No fue fácil llegar hasta aquí
No sé expresar con palabras
Que sentí en esos momentos
Pero mi corazón inquieto vigilaba
Pues sabía que corría peligro.

Mi vientre lloraba en silencio
Luché con uñas y dientes
Pero…no pudo ser
De un hilo muy fino pendía mi vida
Y mi alma…había perdido la razón.

Perdí mi niña y casi mi vida
Tan profundas fueron las heridas
Que aún hay días en que me levanto
Y siento que sangran todavía.

Pero la vida se abre camino
Con sus luces y sus sombras
Con sus sombras y sus vidas
Y es cierto…que estuve muerta en vida
Pero quedó en algún lugar de mi memoria
Para recordarme:


¡QUE ESTOY VIVA!

Texto de Pepa Cid

viernes, 11 de mayo de 2012

EL ASCENSOR




EL ASCENSOR


Solo entrar en el viejo  edificio, me dio mala sensación. No se si por los desconchados de la pared o la cara de pocos amigos de la portera.

Cuando nos vió entrar, nos preguntó de muy malos modos, que dónde nos creíamos que íbamos.
Paramos en seco y dejamos pasar unos segundos antes de empezar a hablar. Mi madre, serena, y segura de sus palabras contestó lacónicamente: -al sexto D-

La portera que además de agria parecía un poco sorda, replicó con una voz chillona –que a mí me pareció impropia para una mujer de su edad- -¿Queeeeé?.

Mi madre, mientras abría la puerta del ascensor respondió: -le he dicho que vamos al sexto D- tirando de mí con la otra mano para meterme en él.

Cuando el ascensor empezó a elevarse, aún se oían las voces de la portera resonando con un eco sordo e ininteligible.
Con una lentitud pasmosa ascendíamos y ahora solo se escuchaban las poleas que tiraban de los cables…¿sólo los cables?

Un ruido continuo, una especie de zumbido se metió en mis oídos, el ascensor se detuvo. Creí que habíamos llegado. Empujé la puerta, pero no se abría. Sin perder la calma, tras unos segundos, lo intenté de nuevo, pero la puerta seguía sin abrirse.
Pulsamos el botón de alarma y esperamos respuesta, pero no llegaba.

De nuevo escuchamos las voces de la portera, con más fuerza si cabe, pero seguíamos sin entender lo que decía.

No sé el tiempo que pasamos dentro, hacía un calor sofocante, y el aire era tan denso que se podía masticar, casi irrespirable.
Mezclados con sus palabras, se escuchaban golpes secos… y por fín la puerta se abría.
Los bomberos nos tendían una cuerda a modo de escalera, pues el ascensor se había quedado entre dos pisos.
Primero salí yo, mi madre me ayudó, y luego la sacaron a ella. No sabía en qué piso estábamos.
La portera nos miraba, nos hablaba, gesticulaba…pero no entendía nada.

A juzgar por la cara que puso mi madre parecía que ella tampoco. Noté una chispa de inquietud en su mirada a la vez que mi cuerpo se tensaba.

Frente a una puerta envejecida por el tiempo y el abandono, nos encontrábamos mi madre y yo, dispuestas a pasar pero… detrás de la puerta…no había nada.

Texto de Pepa Cid

jueves, 3 de mayo de 2012

TARDE DE TOROS EN CASA



TARDE DE TOROS EN CASA

Me vienen a la memoria aquellas tardes de verano, aquellas calurosas tardes de mi niñez.
Tardes en las que mis padres, literalmente se atrincheraban en el salón de casa para ver la corrida de toros que ponían en la televisión.
Recuerdo a mi madre, joven, guapísima, peineta y mantilla en ristre, sentada en su sillón, muy atenta a la faena que lucía descolorida, porque el televisor todavía era en blanco y negro.
También tengo el recuerdo de mi padre, sereno, repanchigado en su sillón, clavel en el ojal y purito entre los dedos; en el televisor, la esbelta figura de un torero con un traje de luces de chillones colores, hacía sus pases de muleta a un toro cansado que valiente intentaba salvar su vida.
Recuerdo ese ambiente espeso propio del verano, un calor asfixiante y pegajoso, muy propio de aquí.
Todavía guardo la imagen de mi hermano y mía pasando por la terraza a la cocina, pues a esas horas no podíamos entrar en el salón para nada, para coger los bocadillos de pan con chocolate. Umm todavía recuerdo ese olor, y me transporta a esa época; y el obligado vaso de leche que mi madre ya nos tenía preparado.
Sí, que dulces recuerdos de aquellas tardes calurosas de verano.
¡ Qué rápido ha pasado el tiempo!




Texto y foto de Pepa Cid

miércoles, 2 de mayo de 2012

EL LUGAR DONDE HABITAN MIS SUEÑOS




EL LUGAR DONDE HABITAN MIS SUEÑOS

¿Dónde habitan mis sueños?
A veces cuando sueño, no estoy dormida,
mi imaginación vuela
cerca del inmenso océano
lejos de mi mente.

Piso la arena de una playa profunda
dejando cálidas huellas a mi paso
para que su rastro
los lleve hasta mí.

A veces cuando sueño
no sé si es sueño o es realidad
me dejo llevar, cierro los ojos
y…allí están
al final del horizonte
entrelazados en el arco iris.

No sé si en mis sueños
habito en el día o en la noche
en la luz sin fin del día,
que envuelve mi alma
y río con ellos.

O en la dulce noche de miel
que oculta mis miedos a soñarlos.

A veces, no sé dónde habitan mis sueños
ni siquiera sé si me habitan
si habitan en el miedo que escondo
o en las palabras que nunca digo,
en las montañas de mis pensamientos
si en mi cuerpo…o en mi alma
o quizá en todos sitios.
Puede que en la música que amo
o en la que no escucho.

No se dónde habitan mis sueños
si en la alegría de tenerlos
o en la tristeza de perderlos.
si en el éxtasis de vivirlos
o en el ocaso de finalizarlos.

No sé dónde habitan mis sueños
¿Quién puede imaginarlo?
La única certeza que tengo
habiten dónde habiten…
son... mis... sueños.


Texto y foto de Pepa Cid